En
esta entrada voy a relacionar el Trabajo Social (al fin y al cabo, por lo que
estamos haciendo este blog) con la Inmigración, el tema principal de este. Me
gustaría dar una visión general pero clara de cuál es su relación, desde donde
trabajamos con este colectivo y algunos consejos que puedan hacer la relación profesional
un poco más sencilla.
La relación
entre ambos conceptos es clara: el trabajo social pretende defender los
derechos del individuo y dotarle de herramientas que le permitan protegerlos. En
muchas ocasiones, los derechos de los inmigrantes no son respetados, y es
entonces cuando el trabajo social entra en acción para evitar los abusos a este
colectivo. Ademas, el Trabajo Social ha de intentar mejorar las condiciones de
vida de los seres humanos, y debido a que la población inmigrante llega, en
muchas ocasiones, con unas condiciones un tanto deterioradas, este es un campo
de trabajo de aquel.
Para
ello, el Trabajador Social ha de tener en cuenta que él ve las cosas desde un
punto de vista distinto, con una cultura distinta y por lo tanto, una manera de
ver la vida diferente de la que tiene la persona que se encuentra frente a él. Hay
que respetar la cultura del individuo, sin imponer nuestro modelo social,
siempre que no estén en peligro los derechos de otros, como puedan ser niños o
terceras personas que se vean afectadas por ello.
A esto hay que añadir los métodos, técnicas y reglas del Trabajo Social individualizado, que definen la relación profesional con cualquier individuo. La exposición ha sido breve y quizás insuficiente para realizar una intervención, pero espero que de al lector una imagen general de la relacion entre ambos conceptos.
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